Pasen sin llamar

"How lovely it could be
To hold you for eternity
Or at least until you fell asleep, fell asleep"

— I Still Remember, Micah P. Hinson

Los caracoles del balancín suben y bajan sin cesar. Cuando los pies de ella abandonan tímidamente el suelo, la niña que habita debajo del traje de asfalto se asoma: una sonrisa que ilumina como el sol, esa puerta abierta que invita a pasar sin llamar.

El pequeño no juzga, solo ríe sin contención, fascinado por el fulgor que le provoca el movimiento pendular de su cuerpo y el aleteo del cabello de aquella mujer, abanicándose elegantemente en el viento. Aunque él no lo comprende como los demás, contempla aquella imagen, etérea e intangible.

Los tres cruzamos miradas. El calor nos recibe del otro lado de la puerta.

En un rincón tan desangelado como este parque, el amor se hace presente: vigila que no pisemos ningún caracol.